lunes, 4 de diciembre de 2006

Caiviu, quality for export

Luego de un día ajetreado por el arduo trabajo, nos llegó un regalo como caído del cielo. Probamos unos śabalos al viejo estilo de Caiviu y ese toque incomparable del amigo.

Nosotros estábamos desesperados por tragarnos plato y todo, los pobres pescados nos miraban con esos ojos que sólo los pescados tienen, saltaban en el plato para escaparse. René no tuvo piedad y sólo dejó las cáscaras de las papas, se comió hasta las bolitas de los ojos.

Por suerte, la comida no quedó decomisada por importación de alimentos. Por cierto, estamos en La Paz.

¡Gracias Rupi!

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